Deportivo, 0 - Atlético, 1
Deportivo de La Coruña
Aranzubia; Laure, Lopo, Colotto, Morel (Seoane; min.31); Juan
Rodríguez, Aythami; Juan Domínguez, Valerón, Guardado
(Zé Castro; min.75); y Xisco (Riki; min.70).
Atlético de Madrid
De Gea; Ujfalusi, Perea, Godín, Filipe Luis; Reyes (Raúl García;
min.86), Mario Suárez, Tiago, Elías (Juanfran; min.68);
Agüero y Diego Costa (Forlán; min.66).
Goles
0-1; min.80, Kun Agüero.
Árbitro
Turienzo Alvarez, del colegio castellano-leonés. Expulsó al defensa
del Deportivo Lopo (min.59) por doble amarilla. Además, mostró
amarilla a Godín y Reyes, del Atlético de
Madrid, y a Zé Castro, del Deportivo.
Incidencias
Encuentro correspondiente a la trigésima cuarta jornada del
campeonato nacional de Liga, disputado en el estadio de
Riazor ante unos 34.000 aficionados (casi lleno).
La afición aplaudió a Filipe Luis, que regresó
a la que fue su casa entre 2006 y 2010.
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Agüero grita '¡Europa!'
* El Atlético, que no pierde desde el derbi,
gana con un gol del argentino
* El Deportivo, que perdió a Lopo a la hora
de juego, a 3 puntos del descenso
Todo es más fácil si el Kun Agüero anda por ahí. Se sabe que es distinto y que nació
para reventar equilibros. Porque intimida y a la mínima crea un destrozo. Ahora, además,
asume responsabilidades. El delantero argentino decidió señalar con el dedo un objetivo
('¡Europa!') y a su ritmo ya acaricia el Atlético una manera de maquillar su temporada.
Suyo fue el gol que dio el triunfo a su equipo en Riazor (0-1), resultado que complica
formidablemente la vida al Deportivo. El equipo de Lotina duerme a sólo
tres puntos del descenso, obligado a un domingo de transistores.
Definió el Kun cuando faltaban 10 minutos para el final del duelo, cuando el Deportivo
sufría con uno menos desde la expulsión por doble amarilla de Lopo (min. 59). Una
buena combinación de dos secundarios a la fuerza, Forlán y Juanfran, terminó con la
aparición letal de Agüero. No hubo perdón y sí justicia porque el Atlético tuvo mejores
argumentos que su rival. La mejor versión del equipo rojiblanco, que no pierde desde
el derbi (19 de marzo), ha aparecido a destiempo, como tantas cosas en este equipo.
En La Coruña jugó con autoridad, ciertamente sin brillo, pero
con los suficientes recursos para agarrar el botín y soñar
con algo más que la pedrea de la Europa League.
Presionó el Deportivo en el inicio, pero su iniciativa fue escasa. Acabó el cuadro local
regalando el balón al Atlético, que lo administró como buenamente supo. Porque más
allá de Agüero, el equipo de Quique Sánchez Flores funciona a ratos. En ataque, Diego
Costa y Reyes son futbolistas bipolares, con tanta calidad como tendencia a la
evaporación, y Elías está para pocas fiestas. Pero el equipo madrileño ha encontrado
a Mario Suárez, consolidado junto a Tiago en la medular. Un jugador que
se ha hecho fuerte en una plaza complicada, una promesa
de criterio y control allá donde tantos y tantos fracasaron.
El Deportivo, con Valerón inédito, vivió aferrado a Guardado, el mejor del equipo y el
único que probó a De Gea con intención (dos disparos, dos paradas excelentes). Lotina
ordenó esperar atrás, consciente de que al Atlético a veces se le olvida clausurar la
tómbola. Perea, que superaba a Griffa como jugador extranjero con más participaciones
de rojiblanco, lo celebró en el primer parcial con dos errores marca de la casa, que,
por esta vez, no tuvieron consecuencias. Tampoco inquietaron mucho
los visitantes, más allá de un disparo de Agüero a la madera.
Pero con el paso de los minutos, y sobre todo tras la reanudación, el Deportivo se
disolvió y comenzó a agonizar. La expulsión de Lopo a la hora de partido hizo el resto
y permitió a la tropa de Agüero ir abiertamente a por el partido. Ingresó Forlán en el
terreno de juego y creció la presencia ofensiva del Atlético. Buscó y buscó la escuadra
de Quique hasta que encontró oro: Juanfran, también de refresco, combinó con el
uruguayo en el vértice del área y peleó un rechace que acabó
en las botas de Agüero, que empujó el balón a la red.
Apeló a la heroica el Deportivo, con más ruido que nueces, porque acabó desfondado,
dubitativo y nervioso, abocado a una pelea, la del descenso, a la que aparentemente
no estaba llamado. Y Atlético anda cerca de certificar su retorno a la Europa League,
consuelo agridulce cuando se escaparon logros mayores. El Kun Agüero se empeñó
en que su equipo no desaparezca del mapa europeo. Y ése es
el empeño de un jugador que vale por todo un equipo.
A. Sanchidrián | 01/05/2011
elmundo.es
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