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viernes, 30 de septiembre de 2011

2ª Jor. UEFA Euro. League 2011/12 Rennes 1-1 ATLETI.- Atlético vuelve al pasado







RENNES 1 ATLÉTICO DE MADRID 1

Rennes
Costil; Danzé, Kana Biyik, Mandkjeck, Theophile-Catherine;
Doumbia, Tettey; Kembo-Ekoko (Pitroipa, m. 59),
Dalmat (M''Vila, m. 73), Feret; y Montaño (Hadji, m. 69).

Atlético de Madrid
Courtois; Perea, Miranda, Domínguez, Filipe Luis; Diego,
Mario Suárez, Gabi (Reyes, m. 72); Arda Turan (Juanfran,
m. 80); Adrián (Salvio, m. 63) y Falcao.

Goles
0-1, m. 56: Víctor Montaño, con un disparo
lejano, tras tocar en el cuerpo de Domínguez.
1-1, m. 87: Juanfran remata en el
segundo palo un centro de Salvio.

Árbitro
Huseyin Goçek (Turquía). Amonestó a los locales Danzé
(m. 35) y Pitroipa (m. 64) y a los visitantes
Arda Turan (m. 27) y Diego (m. 35).

Incidencias
Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo I de
la Liga de Campeones, disputado en el estadio Route
del Lorient ante unos 20.000 espectadores.

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El Atlético vuelve al pasado

Un gol de Juanfran poco antes del final permite
empatar al equipo de Manzano, que solo pudo
responder a un Rennes más físico y
vertiginoso con la entrada de los extremos



El fútbol de salón que Gregorio Manzano pretendía instalar en el Atlético no
pasó del cuarto de estar en Rennes, donde el plantel rojiblanco se mostró
incapaz ante la exuberancia física y la sexta velocidad de los volantes del
conjunto francés y Montaño, un delantero con la pinta y la pegada de un
boxeador. Con el repaso recibido en el Camp Nou todavía reciente, la
escuadra del Manzanares se obstinó en tocar el balón una y otra vez al
ritmo de los caracoles, sin ninguna intención maligna, interpretando de
manera errónea la hoja de ruta concebida en el banquillo. Con más
músculo que cerebro, el Rennes casi aprovechó la ocasión frente al
Atlético más taciturno de la temporada y que solo recuperó las
revoluciones con la entrada de sus extremos en nómina.

El grupo madrileño se mostró desde el principio fuera de foco, por más que
Manzano apenas hiciera concesiones en el once tipo. Después del
descalabro de Barcelona el Atlético salió al galope con la única ausencia de
Reyes. Aunque se declare en el mejor momento de su carrera, el ala
utrerano ha perdido el protagonismo que le lanzó al estrellato durante la
etapa de Quique Flores. En su lugar entró Adrián, que no aparecía en el
equipo inicial desde la primera jornada de Liga. El atacante asturiano, más
valorado por sus condiciones como segunda punta que por su instinto
asesino, no terminó de cuajar como pareja de Falcao, que por
segundo encuentro consecutivo decepcionó y no fue El Tigre.



Frustrado por las dificultades del centro del campo rojiblanco para administrar
la pelota, el matador cafetero perdió el duelo regional con su paisano Montaño.
El referente del Rennes hizo un roto constante por el carril izquierdo, donde
Domínguez y Filipe Luis habían recuperado el protagonismo tras el descalabro
de Godín y Antonio López. Montaño no se arredró y se revolvió contra su papel
de telonero de Falcao, cantando bingo con un chutazo desde fuera del área
imposible para Courtois. Por mucho que se estirase e intantase
cazar la pelota a mano cambiada, el cuero rasgó la escuadra
tras golear lo justo en el corpachón de Domínguez.

Falcao no fue el único que desapareció del mapa. La presión asfixiante de
Doumbia en la línea de tres cuartos paralizó a la línea de creación atlética.
Gabi y Mario Suárez, los chicos mimados de Manzano, perdieron el asalto
con la infantería del Rennes, al que le salió de vicio el fútbol de trincheras.
Vertiginoso en la conducción como impreciso en el último pase, el
club bretón fue un muro hasta la irrupción de Salvio, Reyes y Juanfran.



Justo en lo peor de la tormenta Manzano recuperó la esencia de cursos
anteriores, dando carrete a sus extremos. De golpe y porrazo, el Atlético
volvía a sus orígenes, a los viejos tiempos, con dos extremos abriendo el
campo, apelando a las cargas de caballería, al fútbol de partido de colegio,
sin dueño. El cambio de planteamiento premió la perseverancia forastera,
que se desató con todo en contra. Primero fue Falcao, que
remató a bocajarro bajo palos a las manoplas de Costil.
Después llegó el turno de Diego, que se inventó un
trallazo tremendo que salvó a duras penas el arquero.

El Atlético proponía y el Rennes seguía a lo suyo, dejándose hacer con el
puñal entre los dientes, a la espera de finiquitar la partida. Y precisamente
cuando todo parecía perdido Juanfran apareció de la nada y apañó el
entuerto. El extremo al que Quique pidió y luego ignoró rescató a Manzano
en un centro que Salvio lanzó al primer palo y Falcao no remató. Juanfran,
con la caña puesta en el segundo, devolvió las luces a un Atlético alborotado.

J. MARCOS 29/09/2011
elpais.com

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domingo, 25 de septiembre de 2011

6ª Jor. Liga 2011/12 Barça 5-0 ATLETI.- El Barça pincha un globo







FC BARCELONA 5 ATLÉTICO DE MADRID 0

Barcelona
Valdés; Alves, Mascherano, Abidal (Maxwell, min.81), Sergio
Busquets (Piqué, min.53), Xavi, Cesc (Keita,
min.72), Thiago, Pedro, Villa y Messi.

Atlético de Madrid
Courtois; Perea, Godín, Miranda, Antonio López, Mario Suárez
(Arda Turan, mi.46), Tiago (Adrián, min.79), Gabi,
Reyes (Salvio, min.46), Diego y Falcao.

Goles
1-0: Villa, min.9.
2-0: Miranda (p.p), min.15.
3-0: Messi, min.26.
4-0: Messi, min.78.
5-0: Messi, min.90.

Árbitro
Delgado Ferreiro (Colegiado vasco). Mostró
tarjeta amarilla a Piqué (min.71) y Perea (min.72).

Incidencias
Partido de la sexta jornada de Liga disputado en el Camp Nou
ante 83.154 espectadores. Los jugadores del Barça saltaron al
terreno de juego con una camiseta de ánimo a su
compañero Ibrahim Afellay, que estará seis
meses de baja por una grave lesión de rodilla.

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El Barça pincha un globo



El Atlético de Madrid llegó al Camp Nou con la cabeza alta, alardeando de su
condición de equipo de moda. Al final de la noche, rayando la madrugada,
vistió los harapos que lo habían cubierto en sus anteriores actuaciones
barcelonesas. El traje de gala, hecho jirones, se lo arruinó un rival implacable,
un Barcelona que destruye ilusiones ajenas en su domicilio mientras se eleva
a alturas imposibles. Pep Guardiola, con sus inventos, logra que profesionales
tan preparados y estudiosos como Gregorio Manzano
parezcan entrenadores ignorantes y trasnochados.

La idea de Manzano era discutirle la posesión de la pelota a un Barça que insistió
en la debilidad aparente de una línea defensiva de tres. Para colmo, sin Puyol y
sin la esperada reaparición de Piqué, que se postergó hasta el comienzo de la
segunda mitad. Guardiola, terco en su afán de cifrar sus sistemas para que los
entrenadores rivales se pierdan en un laberinto, tomó nota de las deficiencias de
Mestalla. En lugar de situar a Mascherano en el lateral derecho, lo centró y bajó a
Alves a la posición en la que se hizo ídolo, aunque él lo que realmente quiera es
ser extremo. Así, el técnico catalán había remendado el agujero durante la segunda
parte de Valencia, con buen resultado. El técnico jiennense del Atlético no valoró la
ocasión de intentar hacer daño por las bandas, por donde la organización azulgrana
podría quebrarse, y puso sobre el tapete del Camp Nou -empapado por un diluvio-
un equipo plano, de muy poca entereza física, atascado por el centro -con Diego
recuperado de su lesión muscular- y una defensa de la
oscura época anterior. Sólo Miranda sonaba a la actual.

Tormenta de goles

Las presentaciones enseñaron la altanería del Atlético, que como todo mérito
enganchó un tiro precioso de Tiago al larguero de Valdés. Y hasta más ver. Con todo
el balón en su poder, sin presión en contra que deshacer, el Barcelona se dejó guiar
por Xavi Hernández y con su mando enganchó dos balones en el interior de las redes
de Courtois en el primer cuarto de hora. El primero lo embocó Villa tras el pase medido
lejano del metrónomo del Barça y de España; el segundo, tras otro pase interior, la
anticipación de Pedro y la inacción de un Messi que supo esperar para que su fuera de
juego no se apreciara como influyente en la jugada. Después enganchó la pelota, forzó
la parada del portero del Atleti y, de rebote, Miranda alargó la ventaja de sus rivales.



Con un 2-0 en contra y 70 minutos por jugarse, el Atlético no estaba muerto, pero para
que se le acabara toda esperanza de vida el Barcelona tenía a Messi. El mejor se puso
a la tarea. En la presión conjunta de los azulgranas sobre la zaga rojiblanca, sobre Godín
y Antonio López, titulares en perjuicio de Domínguez y Filipe Luis -y del equipo madrileño-,
La Pulga rebañó una pelota, amagó antes de meterse en el área, otro quiebro anuló la
oposición del central uruguayo y de Mario Suárez en ayuda y, por el palo llamado corto,
descerrajó la portería del exquisito portero belga cedido por el Chelsea a los del
Manzanares. Con un 3-0 en 26 minutos y todos los fantasmas del pasado reciente
se empeñaron en perseguir al remozado Atlético de Diego y Falcao.

Messi, repostería fina

Los azulgrana iban camino de repetir del 5-0 al Villarreal o, más aún, el 8-0 al Atlético
Osasuna. El Atlético se dejaba y Manzano, guarnecido de la tempestad bajo el techo
de su banquillo, dio instrucciones a Arda y Savio para que estiraran los músculos. No
comparecieron hasta después del descanso y mejoraron la actitud acomplejada de sus
predecesores, Mario y Reyes. Pero el tímido avance en la actitud no fue bastante para
frenar a los jugadores del Barcelona. Sólo para que Guardiola reaccionara con la alineación
de Piqué y la reorganización defensiva, a partir de ese momento con cuatro hombres.
El rondo del Barcelona fue a menos, pero el peligro de Falcao siguió en cero. Hasta los
minutos 'de la basura' no consiguió controlar una pelota a pocos metros de Valdés.



Con la barriga llena, el Barcelona se aplicó en adornar su cena con el mejor postre. Y
Lionel Messi se inventó la jugada del cuarto gol, un clásico en el repertorio del doble
'Balón de Oro': carrera y regate de derecha a izquierda hasta que su piececillo izquierdo
pudo dar el golpe que llevó el balón, entre torpes piernas, hasta la espalda de Courtois.
Casi sin pretenderlo, pero con el Atlético completamente humillado y derrotado, cerró la
noche con otra acción particular en el minuto de descuento. El Atlético, que con el último
incorporado, Adrián, había construido al fin una ocasión de gol, recogió los restos de
su naufragio y se volvió a Madrid en el tono humilde que le corresponde.

F. Llamas | 25/09/2011
elmundo.es

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jueves, 22 de septiembre de 2011

5ª Jor. Liga 2011/12 ATLETI 4-0 Sporting.- Pura dinamita







ATLÉTICO DE MADRID 4 - SPORTING DE GIJÓN 0

Atlético de Madrid
Courtois; Silvio (Adrián, m. 77), Miranda, Domínguez, Filipe Luis;
Assuncao (Mario Suárez, m. 61); Gabi, Arda Turan,
Koke (Reyes, m. 69); Salvio y Falcao.

Sporting de Gijón
Cuéllar; Lora, Botía, Gregory, Damián; Rivera; Carmelo,
Ricardo, Sergio Álvarez (Bilic, m. 64),
De las Cuevas (Ayoze, m. 79); y Trejo.

Goles
1-0, m. 28: Lora, en propia puerta después
de un remate de media chilena de Falcao.
2-0, m. 69: Domínguez, de cabeza.
3-0, m. 73: Falcao regatea a varios rivales en
el área y disparo fuera del alcance de Cuéllar.
4-0, m. 81: Falcao, de cabeza.

Árbitro
Iturralde González (C. Vasco). Amonestó a los locales Assuncao
(m. 43) y Arda Turan (m. 67) y a los visitantes Lora (m. 3),
Damián (m. 22), Carmelo (m. 33) y Rivera (m. 90).

Incidencias
Partido correspondiente a la quinta jornada de Liga en
Primera División, disputado en el estadio Vicente
Calderón ante unos 35.000 espectadores.

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Pura dinamita

Falcao lanza al Atlético frente al Sporting
con otra exhibición en la que marca
dos goles y provoca otro



Con el toque por bandera y Falcao de ejecutor, el Atlético destrozó a toda máquina
a un Sporting con demasiadas vías de agua que afronta el reto de la permanencia
como un auténtico himalaya. Aunque no fue el vendaval contra el Racing, al
conjunto de Gregorio Manzano le bastó y sobró con el sentido común de Gabi al
volante y sobre todo con las garras terribles, salvajes, incontenibles, de su
delantero centro para desbaratar la resistencia del colista y enlazar la tercera
victoria consecutiva en el Calderón. No se podía pedir más a la escuadra del
Manzanares, con cinco cambios en el once respecto al partido contra el grupo de
Héctor Cúper que afectaron principalmente a la sala de máquinas y el ataque
madrileño. Lo mismo dio: en la hoja de ruta del Atlético todos cuentan y todos valen.
Manzano no quiere extender la idea de que hay titulares indiscutibles, por más
que los argumentos de la noche se remitieran a Falcao, pura dinamita.

El Tigre es un peligro mortal. Primero provocó un penalti de libro de Botía que
Iturralde González no pitó. Un minuto después le ganó la posición a Cuéllar en un
saque de esquina botado al segundo palo: el gol lo anuló también Iturralde, que
entendió falta donde no hubo nada (Falcao había arrollado a Salvio en su búsqueda
de la pelota). Los fallos arbitrales no le acongojaron: a la media hora originó el gol
en propia meta de Lora, cuando el lateral intentó despejar un remate cruzado del
colombiano. Ya en la segunda parte, insaciable, con hambre para dar y tomar,
chutó al palo y marcó el tercer y cuarto gol con una exhibición de técnica y control
que cerró cualquier debate. Es lo que tiene contar con una fiera como Falcao: el
Atlético ya no necesita para ganar rizar el rizo y ser la alegría de la huerta. Cuando
no la toca como los ángeles recurre al genio del fichaje más caro de
la historia de la casa. Así pasó en el definitivo gol, también a
pase de Gabi como en el penúltimo del Atlético.



Fiel a su política de rotaciones, y con la visita del sábado al Camp Nou en la retina,
en el Atlético solo repitieron de entrada Courtois, los tres defensas con la
excepción de Silvio por Perea en el carril derecho, Arda Turan y Falcao. El resto
eran nuevos, un cambio radical en la línea de creación: donde el domingo estaban
Tiago, Mario Suárez y Diego anoche estaban Gabi y Koke de violinistas y Assunção
de destructor. Manzano terminó de reinventarse el plantel sentando a Reyes y Adrián.
En lugar del extremo utrerano y del punta asturiano, ocho goles y casi las mismas
asistencias entre los dos, el técnico jiennense arriesgó el crédito
poniendo a Salvio y Arda Turan de acompañantes de Falcao.

El plan le salió de vicio al preparador, por más que el Atlético perdiera fluidez.
El instinto primario de su depredador -casi sin tiempo para haberse adaptado a
su nuevo equipo lleva cinco goles en el campeonato y uno en la Liga Europa-
truncó la reacción del grupo de Manolo Preciado, rendido a la evidencia y al que
espera un invierno muy largo. La primera acción inquietante del Sporting llegó en
un remate alto de Ricardo León. Fue toda la dinamita del conjunto asturiano, muy
mermado tras los traspasos de José Ángel y sobre todo Diego Castro.
Sin La Nécora, el Sporting no solo ha perdido fantasía en la zona de creación.
También se ha quedado sin pegada (Castro anotó nueve de los 35 goles
del equipo el curso pasado). Justo lo que le sobra a Falcao.



Mientras el Sporting se las veía tiesas para verle el flequillo a Courtois, el Atlético
encarrilaba un ataque tras otro al arco de Juan Pablo con una facilidad pasmosa.
Unas veces al contragolpe, las más en estático, sin perder los nervios,
sin rifar la pelota como antaño, con Gabi de lanzadera, bien
secundado por Koke, y con Falcao de matarife.

La segunda parte del sudamericano en el segundo tiempo encandiló al Calderón,
donde no acostumbraban a actuaciones tan contundentes. Mientras el Sporting
no aprovechaba el turbo de De las Cuevas, Falcao seguía a lo suyo. El colombiano
rozó el gol en un remate de cabeza que buscaba la escuadra. También remató al
poste, en una jugada calcada a la que originó su primer gol, poco después
de que Domínguez sentenciara la contienda en un cabezazo a la
salida de un córner especialidad de la casa.



El acierto del central espoleó al nueve, que a la tercera logró el premio que
llevaba toda la noche buscando. Falcao recibió el balón en un contragolpe
catapultado por Gabi, pareció que lo perdía entre una marea de defensores, lo
peleó con todo en contra, lo recuperó, se lo acomodó con la derecha en el perfil
del área grande y lo envío al palo largo, lejos de los guantes de Cuéllar, con una
facilidad pasmosa. Ahí no acabó la cosa. La sociedad con Gabi saltó la banca
con otra maravilla: el medio sacó una falta y Falcao, quién si no, cabeceó
majestuoso, un metro por encima del común de los sportinguistas,
simples mortales, por toda la escuadra.

J. MARCOS - Madrid
21/09/2011 ELPAIS.COM

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lunes, 19 de septiembre de 2011

4ª Jor. Liga 2011/12 - ATLETI 4-0 Racing.- El Atlético también sabe bailar







ATLÉTICO 4 RACING 0

Atlético de Madrid
Courtois; Perea, Miranda, Domínguez, Filipe Luis; Tiago,
Mario Suárez, Diego (Adrián, m. 46); Reyes (Juanfran,
m. 75), Falcao (Pizzi, m. 68) y Arda Turan.

Racing de Santander
Toño; Francis, Álvaro, Osmar, Domingo Cisma; Arana
(Ariel Nahuelpan, m. 66), Adrián (Edu Bedia, m. 67),
Tziolis, Luque (Óscar Serrano, m. 46);
Stuani y Lautaro Acosta.

Goles
1-0, m. 24: Falcao, de disparo junto al poste tras
una bonita acción entre Arda Turan y Reyes.
2-0, m. 36: Falcao, de penalti.
3-0, m. 56: Falcao eleva el balón por encima de
Toño tras un pase magnífico de Arda Turan.
4-0, m. 78: Adrián cabecea un
centro medido de Arda Turan.

Árbitro
Iglesias Villanueva (C. Gallego). Amonestó a los
locales Mario Suárez (m. 31) y Reyes (m. 72).

Incidencias
Partido correspondiente a la cuarta jornada de Liga en
Primera División, disputado en el estadio Vicente
Calderón ante unos 40.000 espectadores.

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El Atlético también sabe bailar

Falcao anota los tres primeros
goles del Atlético en la Liga

Diego dirigió a los madrileños en el
primer tiempo; Arda, en el segundo

El Racing respetó excesivamente al
rival y vuelve a Santander sin nada



El Atlético sólo puede mejorar. Poco a poco va desgranando mejores minutos de
fútbol, que desembocan en un cañonero descomunal: Falcao. La confianza de
Diego en el puente de mando se multiplica y el equipo rojiblanco lleva el compás
sin perderse. La música suena bien y hay margen para afinar aún más. El Racing
no encontró una respuesta a los tres goles del 'Tigre' ni al postrero de Adrián. No
es la primera vez que regresa a casa con cuatro del Calderón, pero había mucho
que había estado a merced del equipo madrileño durante 90 minutos.

El Racing en construcción de Héctor Cúper pagó la incipiente conexión del
delantero colombiano con sus nuevos compañeros rojiblancos. Tres zarpazos
antes de abandonar el césped del Calderón, porque Gregorio Manzano mide los
desgastes antes de una serie de rivales que se le amontonan en el calendario:
Sporting el miércoles; el Barça en el Camp Nou el sábado; el Rennes
el jueves posterior y el Sevilla el primer domingo de octubre.



A Diego sólo le dejaron jugar 45 minutos. Unas "leves molestias", dijo el club
madrileño, aconsejaron que no reapareciera en el césped tras el descanso. Bien
respaldado por los escoltas del medio campo exhibió su precisión en los pases,
centros y lanzamientos de esquina. Con un poco más de chispa, de velocidad
se supone que llegará- va a ser aún más letal. Su aportación fue importante en
su medio partido, incluido el penalti que forzó y que supuso el
segundo de Falcao tras engañar a Toño con una 'paradiña'.

Falcao duró en el campo 68 minutos y anotó los primeros tres goles del Atlético
en la Liga. Comenzó su cuenta con un zurdazo de goleador dentro del área y la
terminó picándole la pelota a Toño, tras recibir un pase inteligentísimo entre
líneas de otro de los sobresalientes de la tarde: Arda Turan.



La magia turca entró al relevo puntualmente cuando la brasileña de Diego se
quedó en el vestuario. Arda fue ganando importancia en el campo hasta
adueñárselo. Compartió bicefalia con Reyes hasta que el sevillano fue llamado
al banco para continuar con el ahorro de energías. Y, después, expandió su
talento para edificar monumentos, incluido un centro maravillos al desmarque
de Adrián, que con su gol se pone en valor a la sombra del fastuoso colombiano.

Sí, también estuvo el Racing. Entró con ganas de presionar y armarla, pero entre
sus dos líneas de atrás aparecieron unos agujeros fenomenales por los que se
le escapó la fuerza. El equipo cántabro sólo levantó la cabeza en algún minuto
aislado del segundo tiempo, en respiros contados de los propietarios del estadio.
Se lo tiene que hacer mirar el Racing, que respetó en exceso a su rival.
Y se fue de Madrid sin nada y sin dar prácticamente una patada.

F. Llamas | Madrid
18/09/2011 elmundo.es

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viernes, 16 de septiembre de 2011

1ª Jor. UEFA Euro. League 2011/12 ATLETI 2-0 Celtic.- Fútbol de intérpretes







ATLÉTICO, 2 - CELTIC, 0

Atlético
Courtois; Perea, Miranda, Godín, Antonio López; Mario
Suárez, Gabi (Adrián, m. 70), Koke (Reyes, m. 56);
Diego (Tiago, m. 84), Falcao y Arda Turan.
No utilizados: Asenjo; Domínguez, Pizzi y Salvio.

Celtic
Forster; Mulgrew, K. Wilson, M. Wilson (Matthews, m. 80),
Loovens; Sung Yung, Ledley (Bangura, m. 78), Kayal;
Forrest (Commons, m. 83), Samaras y Hooper.
No utilizados: Zuluska; Twardzik, Wanyama y George.

Goles
1-0. M. 3. Falcao.
2-0. M. 68. Diego.

Árbitro
Peter Rasmussen (Dinamarca). Amonestó
a Gabi, Mario Suárez, Kayal y Loovens.

Unos 30. 000 espectadores en el Calderón.
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Fútbol de intérpretes

El pie de Diego y la cabeza de Falcao
doblegan a un Celtic muy rebajado



Atiende la afición del Atlético con alborozo a la Liga Europa, laurel conquistado
hace dos cursos, porque asume como condición inherente que el equipo se
mida con rivales europeos dado su caché. Pero el Celtic, chisgarabís de lo
que fue, no dio la talla. Tampoco fue un Atlético mayúsculo, por más que
pusiera a sus mejores intérpretes sobre el campo, encasquillado en la
construcción y escaso en el pase definitivo. Pero le alcanzó con el pie de
Diego, la chispa de Turan y la cabeza de Falcao para dar
buena cuenta del rival, para iniciar con buen pie el torneo.

Eliminado en el campo y readmitido en los despachos, el Celtic hizo acto de
presencia en el Calderón para reverdecer una vieja rivalidad, desempolvar las
estanterías de la hemeroteca y explicar un duelo de tintes partisanos librado
en 1974, una semifinal europea entre dos equipos que repartieron más patadas
que pases. Entonces ganó el Atlético porque batalló mejor; y anoche repitió
triunfo porque, simplemente, es muy superior. No había ningún Jimmy Johnstone
por el césped ni nadie que se acercara siquiera a su calidad, a su quiebro
diabólico. El Celtic era una caricatura del que fue y el Atlético, con profundidad
de banquillo y la hoja de ruta definida, que pasa por tocar el balón,
resolvió el duelo de buenas a primeras, cuando apareció
Falcao y su idilio con la competición europea.



Remozado el equipo, sobre todo en la medular y con trescuartistas de alto copete,
Manzano decidió agitar el sistema al quitar unos extremos (Reyes y Salvio) que
parecían atornillados al dibujo. Se presentaron de inicio Diego y Arda Turan como
mediapuntas -partían desde fuera, pero que siempre corrían en diagonal para dar
el pase interior- y Falcao de ariete, tres futbolistas señalados para marcar las
diferencias, que se sumaron a una fiesta europea que, sin embargo, todavía no
era suya, sino de Reyes y Adrián, mal pagados por sus tres goles por barba en las
rondas previas que valieron el salvoconducto europeo. Pero los 'nuevos'
tienen mucho fútbol en sus botas y resolvieron el entuerto.

Aunque al Atlético, desnortado por el cambio del sistema y de los solistas, le
costó cogerle el hilo al duelo, no sufrió para ver puerta. Un saque de esquina
lanzado por Diego al segundo palo fue rematado por Falcao, que puso su
cabeza a modo de martillo para, en la primera pelota que tocaba, prolongar su
romance con el gol en esta competición, pichichi histórico el curso pasado con
17 dianas. Pero poco más hizo el Atlético, con lagunas esporádicas y
preocupantes en defensa porque Godín no está fino, porque sin Domínguez
la línea pierde orden. Tampoco lo aprovechó el Celtic, timorato a más no poder,
con un 4-5-1 de acento defensivo, con las líneas de la mano del portero, con
Forrest como único cohete por la banda derecha y con Hooper, el ariete de
movimientos sugerentes y remate puntual -Courtois le sacó una
mano estupenda-, demasiado olvidado en la punta de ataque.



Turno para los fichajes, para su presentación europea en el Calderón. Arda
Turan, desconectado en demasiadas fases del encuentro, se inventó una
jugada en el vértice del área y dio un pase hacia atrás, hacia el pie de Diego,
que resolvió a gol. El colofón para el brasileño, protagonista vocacional,
futbolista con todas las letras. Su aparición es una bendición para el equipo,
que encuentra un ancla en campo ajeno, que tiene una referencia entrelíneas,
una rampa para llegar a Falcao, el remate y el gol garantizado.
Tres jugadores por cuajar con un sistema por definir. Pero
el Atlético, de buen pie y mejor olfato, tiene buena pinta.

JORDI QUIXANO - Madrid
15/09/2011 elpais.com

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domingo, 11 de septiembre de 2011

3ª Jor. Liga 2011/12 Valencia 1-0 ATLETI.- Soldado destroza los buenos propósitos del ATLETI







VALENCIA 1 ATLÉTI 0

Valencia
Guaita, Miguel, Rami, Víctor Ruiz, Mathieu, Albelda,
Tino Costa (Topal, m.67), Pablo, Jonas (Canales,
m.70), Piatti (Jordi Alba, m.61) y Soldado.

Atlético de Madrid
Courtois, Silvio, Miranda, Domínguez, Filipe Luis,
Mario Suárez (Juanfran, m.78), Gabi, Tiago (Diego,
m.64), Reyes, Adrián (Arda, m.57) y Falcao.

Gol
1-0, m.52: Soldado.

Árbitro
González González (colegio castellano-leonés).
Amonestó por el Valencia a Soldado y por el
Atlético de Madrid a Mario Suárez y Tiago.

Incidencias
Partido disputado en el campo de Mestalla ante
40.000 espectadores. Terreno de juego en
aceptables condiciones. Acudió al encuentro
el seleccionador nacional, Vicente del Bosque.
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Soldado destroza los buenos propósitos del Atlético

Un gol del delantero valenciano
derrota el equipo rojiblanco

Discreto debut de Falcao, eclipsado
por un gran Diego Ribas



Emergió Roberto Soldado para convertir en oro un balón que caía del cielo. Un
formidable testarazo del delantero del Valencia derribó el muro y llevó al Atlético
de Madrid a la lona. Segunda victoria -apurada- del Valencia en Liga y nuevo
disgusto para el equipo rojiblanco, que a pesar de sus buenas maneras
-encontró una verdadera joya en Diego Ribas- enfrenta un camino
cuesta arriba cuando el torneo no ha hecho más que empezar.

Fue el Valencia una roca, un equipo que jugó con una intensidad tremenda y que
tuvo justo lo que no encontró el Atlético. La demoledora pegada de un delantero
que acudió al rescate de su equipo. Durante la primera mitad, Soldado se
ejercitó reiteradamente en el perdón ante el marco contrario. Pero nunca
desistió de su misión goleadora hasta que perforó la meta del fenomenal
Thibaut Courtois, un joven espigado con maneras de porterazo. En lo poco que
no fue batalla en el centro del campo, insistió la ofensiva del Valencia -le anularon
injustamente un gol de Piatti, Jonas falló una doble ocasión cantada-, pero el
Atlético también pudo morder a Guaita -también intachable-, con el bullicio
de Adrián y la clase estelar de Reyes. Tablas dentro y fuera de la cancha.



Pero tras el descanso, muy pronto, cabalgó el denostado Miguel por la banda
derecha y lanzó un guante que, ante la incapacidad del brasileño Miranda, se
convertiría en el 1-0 definitivo. Un gol de aire antiguo, inapelable, que descolocó
al Atlético y regocijó a Mestalla. Allá donde estaba llamado el
debutante Falcao a triunfar, Soldado se quedó con toda la gloria.

De Falcao, el delantero colombiano -40 'kilos'- que debutaba con en Atlético de
Madrid, no hubo mayores noticias. O sí. Se le vio falto de forma, lento, con muy
poco trabajo aún en el colectivo. Fueron Adrián y Reyes los más incisivos de
los rojiblancos hasta que, ya con el tanteador en contra, Manzano recurrió a los
artistas del grupo. Aparecieron Diego Ribas y Arda Turan. Y la media hora final
fue del Atlético, que dominó a un Valencia conscientemente replegado y algo
falto de gas. Control muy plástico, con un discurso que se agradece,
aunque sin mayor maldad ni premio, pues de nuevo el
equipo madrileño no encontró nada parecido al gol.



Emery nadó poco y guardó la ropa mucho. Ingresaron Jordi Alba y Mehmet Topal
para convertir el centro del campo en un engrudo en el que el Atlético se atascó
con mucho arte. Diego -protagonista de una acción de penalti dudosa que el
árbitro no consideró- mostró que si la cabeza está, la calidad acompaña. Por
clase, quizás el mejor centrocampista del equipo madrileño en muchos
años. Sus asociaciones, en especial con Arda Turan,
fueron toda una promesa de buen fútbol.

Vivió en el alambre el Valencia, en busca de la contra, y le salió bien. Pero un
tanto rival -Guaita y la impericia ofensiva atlética evitaron el drama- le hubiera
complicado formidablemente. Igual dio. La tabla muestra ahora a los de Emery
como un equipo numéricamente incontestable, el único pleno momentáneo de
victorias junto con el irrealmandril, con el que comparte la zona noble de la tabla.

A. Sanchidrián | 11/09/2011
elmundo.es

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