Free Image Hosting at www.ImageShack.us
http://www.forzaatletisiempre.com
VISITA forzaatletisiempre.com PINCHANDO AQUI

viernes, 21 de septiembre de 2012

1ª Jor. UEFA Euro. L. 2012/13 - H. Tel Aviv 0-3 ATLETI - La cara B del Atlético tiene alma







HAPOEL 0 - ATLÉTICO 3

Hapoel Tel Aviv
Apoula; Pantsil, Shushan, Badier, Antebi; Djemba-Djemba,
Bruno Coutinho (Toama, m. 58); Maman, Vermouth
(Cohen, m. 75), Ben Haim II; y Tamuz (Mare, m. 69).

Atlético de Madrid
Asenjo; Silvio, Miranda, Cata Díaz, Domingo; Mario, Emre;
Adrián (Koke, m. 69), Raúl García, Cristian Rodríguez
(Juanfran, m. 73); y Diego Costa (Saúl Ñíguez, m. 78).

Goles
0-1, m. 37: Cristian Rodríguez, con un
disparo desde el borde del área.
0-2, m. 40: Diego Costa regatea al portero y marca
a puerta vacía, después de un pase de Adrián.
0-3, m. 63: Raúl García remata con el
pie un saque de esquina de Emre.

Árbitro
Pol van Boekel (Holanda). Amonestó a los locales Sushan
(m. 48), Djemba-Djemba (m. 67) y Plantsil (m. 87) y a
los visitantes Diego Costa (m. 67) y Silvio (m. 68).

Incidencias
Partido correspondiente a la primera jornada del grupo B
de la Liga Europa, disputado en el estadio Bloomfield de la
ciudad israelí de Tel Aviv ante unos 13.000 espectadores.

____________________________________

La cara B del Atlético tiene alma



El campeón, con diez jugadores no habituales,
golea con comodidad a un débil Hapoel

Diego Pablo Simeone, como todos los entrenadores, maneja tópicos, frases
hechas, que se sueltan con la rutina del día a día. Entre esos latiguillos que
van cosidos al cargo reina uno a principio de cada temporada:
“Todos mis futbolistas son importantes. Cuento con todos”.

Esa sentencia tan típica que alcanza la categoría de tópico-utópico va camino
de convertirla en realidad en este Atlético. Tiene Simeone sometido a un casting
permanente al plantel, que se ve reflejados en respuestas como las de esta tarde.
No es fácil juntar a diez suplentes en un once y que apenas se vean fisuras, más
allá de alguna que otra descoordinación en los desmarques o en la formación de
líneas, que son normales. Tuvo mérito esa cara B del Atlético,
que dio sensación siempre de saber a qué jugaba.



La de esta tarde es la clase de compromisos en los que el futbolista no habitual
tiene más que perder que ganar. Todos respondieron. Resolvió el campeón la cita
a nada que ajustó la precisión en el pase y apretó al Hapoel en la salida del balón.

Tuvo enfrente el Atlético a un rival de ritmito pachanguero, de algunas posturitas y
poco más. No dio para medir con precisión el fondo de armario del Atlético, pero sí
se puede decir que, por los menos, hay alma en cada miembro de la plantilla
rojiblanca. No estaba preparado el Hapoel para defender los desmarques al espacio
de Diego Costa, por poner un ejemplo. Cada carrera que este emprendía al
espacio pareció ser un acertijo imposible para la débil defensa israelí.



Tampoco estaba preparado el Hapoel para ser sometido a una presión medianamente
alta. Su ritmo de balón parecía metido en el túnel del tiempo, 20 o 30 años atrás. Le
desnudó al Hapoel su impericia con el balón en las inmediaciones de su propia área.
Quería salir andando con futbolistas que daban dos o tres toques antes de dar un
pase o que tardaban una eternidad en darse la vuelta. Los dos primeros goles del
Atlético vinieron de sendos robos de balón, a los que habían precedido otro par que
no acabaron en gol porque Edel le sacó la mano a Raúl García en uno y en el otro
Adrián, con todo a favor, lanzó fuera la pelota tras el hurto y un gran pase de Emre.



Fue el Cebolla Rodríguez el que abrió el marcador con un potente zurdazo. La
maniobra completa habló de esa fragilidad latente del Hapoel. Controló Diego Costa
de espaldas un pase de Raúl García, cedió atrás y al zurdo uruguayo le dio tiempo
a parar la pelota, preparársela con otro toque, levantar la cabeza y avisar al operario
del videomarcador de que fuera dándole al botón. El segundo tanto nació de otro robo
y uno de esos desmarque de Diego Costa, que debió ser una especie de hombre
invisible para los centrales del Hapoel. Resolvió a la carrera tras un gran pase de
Adrián. Raúl García, activo, más preciso y templado a medida que fue pasando
el tiempo cerró el marcador llegando desde atrás en un córner.

L. J. MOÑINO 20 SEP 2012
elpais.com
_______________________________________



martes, 18 de septiembre de 2012

4ª Jor. Liga 2012/13 ATLETI 4-3 Rayo V.- Una fiesta con susto final







ATLÉTICO DE MADRID 4 - RAYO VALLECANO 3

Atlético de Madrid
Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Arda Turan
(Adrián, m. 66), Mario (Tiago, m. 62), Gabi, Koke;
Diego Costa (Cristian Rodríguez, m. 55) y Falcao.


Rayo Vallecano
Dani Giménez; Tito, Amat, Casado; Trasshorras, Javi
Fuego, Adrián (Delibasic, m. 70); Piti (Lass, m. 53),
Leo Baptistao, José Carlos; y Nicki
Bille (''Chori'' Domínguez, m. 57).


Goles
1-0, m. 29: Mario Suárez culmina una jugada de Diego Costa.
2-0, m. 48: Koke marca a pase de Diego Costa.
3-0, m. 51: Arda Turan remata un centro raso de Juanfran.
4-0, m. 55: Falcao, de penalti.
4-1, m. 82: Delibasic remate un centro desde la derecha.
4-2, m. 85: Delibasic culmina un envío raso desde la izquierda.
4-3, m. 88: Leo Baptistao aprovecha una serie de rechaces en el área.


Árbitro
Javier Estrada Fernández (C. Catalán). Amonestó a los
visitantes José Carlos (m. 42), Javi Fuego
(m. 54) y Adrián González (m. 68).


Incidencias
Partido correspondiente a la cuarta jornada de Liga en Primera
División, disputado en el estadio Vicente Calderón
ante unos 45.000 espectadores.

______________________________________

Una fiesta con susto final

El Atlético termina pidiendo la hora ante el Rayo,
que recortó tres goles en los último
10 minutos cuando perdía por 4-0



Es la regularidad la gran asignatura pendiente del Atlético de Madrid. Un equipo
que, desde su asecenso a Primera tras el paseo por los bajos fondos, ha sido
incapaz de permanecer con cierta continuidad en la zona noble de la tabla. Los
precedentes obligan a la prudencia, aunque de lo visto ante el Rayo (al menos,
durante 80 minutos) se puede extraer la siguiente conclusión:
el equipo rojiblanco sí va a estar en esa Liga de los mejores.

En partidos como el de esta jornada ante el Rayo Valecano, el Atlético se ha
dejado a pedazos parte de su credibilidad como aspirante. Era un bajón, un
vertiginoso descenso de las nubes. Sin embargo, el equipo de Simeone ha
empezado con paso firme en casa. Primero contra el Athletic. Ahora, frente
al Rayo, al que despachó con pese a unos últimos minutos que no le van a
hacer ni un poco de gracia a Simeone. El arreón del cuadro de Paco Jémez
fue formidable: tres goles en 10 minutos que maquillaron el 4-0
para dejarlo en el 4-3 final. La renta anterior impidió al Atlético
pagar mucho más cara su inexplicable relajación.



Planteó el Rayo la novedad de los tres centrales y se presentó en el césped
con la intención de apoderarse de la pelota. Y el Atlético vive cómodo esperando
para sorprender a su rival. Había dispuesto Simeone a Diego Costa desde el
inicio, dejando a Adrián, confuso en este inicio de curso, y al Cebolla Rodríguez,
en el banco. Renovó el técnico su apuesta por Koke, esta vez acostado a la
derecha, y el Atlético apretó, en parte agarrado a las cabalgadas de Diego Costa.

El brasileño, poco ortodoxo en casi todo, no se sabe muy bien porqué de vez en
cuando termina por hacer cosas estupendas para el equipo: dos asistencias y
un penalti provocado, que no era, pero para el caso da lo mismo. Primero
encontró una autopista en la izquierda y, después de unos rebotes,
su centro al segundo palo lo recogió Mario para firmar el primero.



Después, Diego Costa hizo lo mismo en la segunda parte para dársela a Koke y
más tarde cayó ante Javi Fuego, penalti que aprovechó Falcao. Estas últimas
acciones llegaron cuando el Rayo, en el inicio de la segunda parte,
pareció querer rebelarse contra un destino que el Atlético
escribió a base de velocidad en la transición.

Con el 4-0 a falta de 40 minutos pareció morir el partido, pero le dio al Atlético
un ataque inesperado de superioridad. Así, fueron los últimos 10 minutos de
partido una demostración de que, en cuento este equipo baja las revoluciones,
se convierte en una broma. Seguro que habrá tomado nota Simeone, a quien
le toca no dejar al equipo bajar del cielo. Este año ya no hay excusas.

E. J. Castelao | Madrid
16/09/2012 elmundo.es
_______________________________________

Supercopa Europa 2012 - CHELSEA 1 - ATLÉTICO 4 - Falcao encumbra a un grandioso Atlético







CHELSEA 1 - ATLÉTICO 4

Chelsea
Cech; Ivanovic, David Luiz, Cahill, Ashley Cole
(Bertrand, m. 90); Ramires (Óscar, m. 46), Mikel,
Lampard; Hazard, Torres y Mata (Sturridge, m. 82).

Atlético de Madrid
Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Mario, Gabi;
Arda Turan, Koke (Raúl García, m. 82), Adrián (Cristian
''Cebolla'' Rodríguez, m. 56); y Falcao (Emre, m. 87).

Goles
0-1, m. 6: Falcao levanta el balón ante la
salida de Cech, tras un pase de Koke.
0-2, m. 19: Falcao, con un disparo a la
escuadra por encima de Cech.
0-3, m. 45: Falcao cruza ante Cech,
tras un contragolpe de Arda Turan.
0-4, m. 60: Miranda aprovecha un
rechace tras un saque de falta.
1-4, m. 75: Cahill tras un rechace en el área.

Árbitro
Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó
a Ivanovic, del Chelsea, en el minuto 29.

Incidencias
Partido de la Supercopa de Europa, disputado en el estadio
Luis II de Mónaco ante 14.312 espectadores, con presencia
de unos 6.000 aficionados del Atlético de Madrid.

________________________________________

Falcao encumbra a un grandioso Atlético

El delantero revienta al Chelsea con un triplete
y da al conjunto rojiblanco su cuarto
título europeo en dos años



Le vino grande al Chelsea Radamel Falcao, delantero que a mayor dificultad
mejor responde. Le van las grandes citas, protagonista principal en las dos
Ligas Europa que atesora, una con el Oporto y otra con el Atlético. No le
importa el duelo ni el rival, sino su inspiración, su gazuza para descascarillar
a los rivales, su puntería. Y le sobra de todo. Tanto que se las ingenió para
afilar el juego vertical de sus compañeros, desligar su zurda y marcar tres
goles, tres rugidos y una Supercopa de récord porque nunca
antes un equipo había firmado cuatro goles en dicho
partido. Gloria del Atlético; sonrojo del Chelsea.

Al contrario que en otras muchas ocasiones, el Atlético decidió no presionar
arriba, preocupado por negar la red de suministros a Fernando Torres, ponerle
freno a los engarces Hazard y Mata, además de vigilar las incursiones de Cole.
Pretendía el equipo de Simeone que el contrario no se acelerase, más peligroso
en las idas y venidas, en los partidos frenéticos. Por lo que reculó el Atlético
hasta la medular, argucia que consistía en dar carrete a unos zagueros rivales
con serios problemas para darle una salida limpia al balón, desnortados porque
apenas encontraron agujeros para conectar con la próxima línea. Corrían
Lampard y Mikel sin recibir, se ofrecía Hazard sin éxito porque Mario le tiraba
permanentemente el aliento en la nuca, y se presentaba como único
candidato para tejer fútbol Mata, que se movió por todo el frente
del ataque pero que no salió airoso de sus envites.



Fue un ejercicio defensivo tan intenso, tan eficaz, que desmadejó a los blues,
sin argumentos ni juego, obcecados en llegar al área rival mediante el pase raso
—así lo ratificó Di Matteo al poner a Óscar en el segundo acto— y no con
balones directos. Justo lo que le encumbró en el curso pasado, lo que le dio el
título de la Champions, validado también por un cerrojo imposible para cuantos
adversarios le salieron al paso. Pero mezclar en campo adversario fue
un elogio estéril para el fútbol; una pretensión a la que Falcao
le extendió la cuenta, con tres goles y todo un recital.

La indefinición blue, en cualquier caso, agrandó al Atlético, hasta el punto de que
cada ataque pareció el último, con esfuerzos titánicos de los medios para
acompañar la jugada y remates definitivos de Falcao para resolver los entuertos.
Remitido al contragolpe, aunque no le hizo ascos al balón en cuanto pudo, el
equipo rojiblanco se expresó con un fútbol directo incontestable, con una voracidad
inmune al desaliento, con unas bandas punzantes y un delantero universal. Resulta
que el Tigre, que ya le hizo un triplete al Athletic en el duelo previo, no perdona.
Con Koke más presente que nunca, puesto que quería el balón para darle forma a
las jugadas, se inició un ataque que Filipe prolongó en la línea de fondo con un
centro al segundo palo, donde llegó Falcao, que se tiró con todo para cazar al balón,
escupido después por el larguero. No se rindió el ariete y a la siguiente jugada se
llevó el premio. Fue Adrián el que le leyó el desmarque y le regaló un pase en
profundidad, en tierra de nadie porque Cech, conforme con tener el larguero como
techo, no salió del área. Y Falcao, que penaliza a la más mínima, le insinuó con la
cintura lo contrario que hicieron los pies, por lo que picó el cuero con la zurda
para cruzar el balón y estamparlo en el poste antes de que reposara en la red.



Sin respuesta del Chelsea, que en la Supercopa perdió la velocidad y los piropos,
el Atlético insistió con éxito en su táctica. Fue en otra contra cuando le dieron el
balón al Tigre en el área grande. Y, en un calco de lo que ocurriera en la final de la
Liga Europa, el ariete se revolvió y envió con la zurda el cuero teledirigido a la
escuadra. Otra obra para el museo, el segundo gol de la noche. Poco, sin embargo,
para su avidez, reflejada antes de alcanzar el entreacto. Arda recorrió la banda tras
un córner rival y le dio un caramelo a Falcao en el palo opuesto. Chut, gol y
Falcao. Demasiado. Cuarto título europeo rojiblanco en dos años.

Decidido el vencedor, el Chelsea no se destensó, quizá porque entendió que la
goleada de la hinchada rival y del propio Atlético era excesiva. Por lo que a falta de
toque y huecos, tiró de un saque de esquina para que Cahill recogiera un rechazo e
hiciera diana. Poca cosa para este Atlético, que antes ya le había puesto la guinda
al duelo con otra red, también en una jugada de estrategia, también tras un barullo
resuelto por Mario y definido por Miranda. Fue un triunfo del Atlético, que logra su
segunda Supercopa tras la ganada al Inter hace dos cursos, y fue,
sobre todo, la noche de una bestia del fútbol, de Falcao.

J. Quixano - Montecarlo
1 SEP 2012 elpais.com
_______________________________________

lunes, 20 de agosto de 2012

1ª Jor. Liga 2012/13 Levante 1-1 ATLETI - Los jóvenes al poder







LEVANTE, 1 – ATLÉTICO, 1

Levante
Munúa; Pedro López, Navarro, Ballesteros, Nikos;
El Zhar (Míchel, m. 74), Diop (Pallardó, m. 86),
Iborra, Juanlu; Barkero y Ángel (Gekas, m. 57).
No utilizados: Navas, Rodas, Serrano y Roger.

Atlético
Courtois; Cata Díaz, Miranda, Godín; Silvio (Kader,
m. 74), Arda, Gabi (Raúl García, m. 83), Tiago,
Cebolla Rodríguez; Adrián (Óliver Torres, m. 64)
y Falcao. No utilizados: Asenjo,
Mario Suárez, Coke y Emre.

Goles
1-0. M. 5. El Zhar, con la izquierda desde la frontal.
1-1. M. 21. Arda Turan, de un
derechazo desde fuera del área.

Árbitro
Clos Gómez. Amonestó a Ballesteros, Cata Díaz y Juanlu.

14.925 espectadores en el estadio Ciutat de València.

________________________________________

Los jóvenes al poder

Simeone da la alternativa a Óliver Torres y
Kader en la última media hora, pero el Atlético
choca contra el orgullo del Levante, que se
había adelantado a los cinco minutos



Los entrenadores han perdido ya el miedo a alinear a los chavales. Si Manuel
Pellegrini convirtió el sábado al camerunés Fabrice en el goleador más joven de
la Liga, con 16 años y tres meses, Simeone le dio el mando a Óliver Torres en la
última media hora en el Ciutat de València contra el Levante. Y la joya de la cantera
rojiblanca, de 17 años, respondió con autoridad, acompasado por otro chico de la
escuela, el extremo Kader, de 20. A la frescura del Atlético le respondió el Levante
con la solidez acostumbrada: equipo aguerrido y sufriente por antonomasia,
siempre saca fuerzas de flaqueza y acaba al abordaje, en una contra
en el minuto 93 desaprovechada sin embargo por Míchel.

Pese a estar el partido en la frontera entre un día y el siguiente, la noche apenas
mitigó un calor pegajoso en la ciudad de Valencia. El castigo sería menos severo
para el equipo que se apoderara del balón. El Atlético, de manera abrumadora en
la primera media hora. Ejerció de 10 Arda Turan, con absoluta libertad para
moverse por donde le conviniera. Asociándose a menudo con Adrián y Cebolla
Rodríguez, un zurdo con velocidad y pegada. Pisando el media punta turco las
partes blandas de un Levante que sigue siendo un muro en la línea marcada por
el veterano central Ballesteros, incombustible otro curso, otra vez impecable en
su duelo con Falcao. De ahí que Arda acelerara al llegar a la zona de tres cuartos,
se escabullera de Iborra y buscara la escuadra izquierda de Munúa. La estirada
del meta uruguayo resultó estéril. El derechazo sonó a gloria en esa esquina del
Ciutat de València que resguardaba al millar de aficionados rojiblancos.



Lesionados los dos laterales titulares (Juanfran y Filipe), Simeone optó por blindarse
con tres centrales (Cata, Miranda y Godín) a la espera de que los carrileros (Silvio y
Cebolla Rodríguez) le dieran recorrido por las orillas. Ni una cosa ni la otra. No por
disponer de más torres defiende uno mejor su propia área. Lo comprobó el Atlético
cuando despejó corto un centro de córner de Barkero: a El Zhar le dio tiempo a
elegir el palo más alejado de Courtois antes de colocar con la zurda.

Un gol tan temprano confundió al Levante. Creyó que, como tantas veces en el curso
pasado, podría vivir de las rentas y gestionar el resultado a lo largo del encuentro. Se
atrincheró en torno a Munúa y dejó pasar el tiempo. Pero, a diferencia del año pasado,
sin poder salir de su campo porque apenas encadenó tres pases seguidos. Sin Koné,
la gran referencia en el juego de ataque, le cuesta mucho más salir de
la cueva. Eso el Atlético lo aprovechó: habitó en el campo granota
hasta que Arda Turan descerrajó las redes de Munúa.



El cuadro de Simeone aflojó y el Levante entendió que Ángel no debía seguir siendo
un náufrago ante la zaga rojiblanca. Llegaron refuerzos a través de El Zhar y Juanlu,
además de un Barkero poco afilado. Iborra envió un disparo explosivo al larguero de
Courtois. El choque se equilibró, pero la primera parte se hizo larga, un tanto tediosa.
También para el árbitro, Clos Gómez, que echó un vistazo al reloj a falta de cinco
minutos para el descanso. Antes de despedirse, el pequeño Ángel dio una patada
a una de las vallas muy descriptiva de su actuación: tanto correr para nada.
La vida es dura y a menudo solitaria para un delantero en el Levante.
Le sustituyó otro debutante, el griego Gekas.

“¡Óliver Torres!”, el grito de la hinchada atlética anticipaba un acontecimiento: el debú
en Primera División del chico del verano, el mediocentro que ha levantado una
expectación gigantesca tras llevar a España sub 19 a ganar el campeonato de
Europa en julio pasado. Y sí, tuvo presencia y personalidad pese a perder los dos
primeros balones. Se mostró siempre y envió un precioso centro desde la derecha
que Falcao cabeceó fuera. Con la movilidad y el pase rápido de Óliver Torres, Arda
entró otra vez en ebullición y el Atlético mascó el gol si el árbitro hubiese apreciado
un posible empujó de Ballesteros a Falcao para evitar el remate de este.

Pero el Levante nunca se da por vencido. El orgullo lo lleva a cualquier parte, como
ya demostró el curso pasado. A orillas de Courtois en el último suspiro.
A combatir sa juventud que toma el poder en el vestuario del Atético.

C. Ros - Valencia
19 AGO 2012 elpais.com
_______________________________________

viernes, 25 de mayo de 2012

38ª Jor. Liga 2011/12 Villarreal 0-1 ATLETI.- Victoria triste para el Atlético







[size=24]Villarreal 0 - Atlético 1[/size]

Villarreal
Diego López, Mario, Zapata, Musacchio, Jaume
Costa; Senna, Marchena (Ángel, m.67), Bruno
Valero, Borja Valero; Hérnán Pérez
(Wakaso, m.84) y Marco Ruben.

Atlético de Madrid
Courtois, Juanfran (Mario, m.75), Godín, Miranda,
Filipe Luis; Salvio, Gabi (Koke, m.58), Diego,
Tiago; Adrián y Falcao (Domínguez, m.90).

Goles
0-1, m.88: Falcao.

Árbitro
Estrada Fernández (C. Catalán). Amonestó por
el Villarreal a Jaume Costa y Marchena,
y por el Atlético a Salvio y Tiago.

Incidencias
Partido correspondiente a la jornada 38 de
Primera División disputado en el campo de
El Madrigal, ante 23.000 espectadores.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
[size=24]
Victoria triste para el Atlético[/size]

El triunfo del Málaga deja en nada
el golazo de cabeza de Falcao

Marco Ruben desperdició una clara
ocasión local en el minuto 92



No jugará la Champions el Atlético el próximo año, aunque muy al final hizo
lo que le tocaba a él. Lo hizo Falcao, el de siempre, el que nunca falla, el
que probablemente el año que viene no esté si nos fiamos del mensaje del
club. Acaso resacoso por haber ganado la Europa League el miércoles -y
su celebración correspondiente-, acaso también porque el Villarreal se
jugaba el descenso y, a falta de fútbol, sí aplicó intensidad, el caso es que
a los de Simeone les costó un mundo hacer su trabajo, y sólo pudo
concretarlo a falta de dos minutos. Así las cosas, el Villarreal baja a
Segunda y el Atlético jugará la Europa League como campeón de la
competición, pues en Liga ha vuelto a quedar en un triste sexto lugar.

Con más miedo que vergüenza, durante la primera parte no pasó nada.
Apenas un par de disparos de Hernán Pérez y un remate de cabeza de
Marchena al borde del descanso deshicieron los empujones en
el centro del campo, que era de lo que se trataba el partido.



Simeone afrontó el partido con todo, claro, no había otra, aunque chirrió la
presencia de Tiago en el once en el lugar de Mario, si bien el despliegue
del español en la final del pasado miércoles podría tener algo que ver.
Tampoco estaba Arda, sancionado, y en su lugar entró Salvio, uno de los
más activos. Después quitó a Gabi para meter a Koke, e incluso
a Mario para meter a Juanfran, dejando defensa de tres.

Un montón de probaturas que el Villarreal contempló con la tranquilidad
de los resultados que se iban produciendo. No se fue el equipo de Lotina
a por el partido y claro, cuando en el otro equipo habita un tipo como
Falcao uno no se puede fiar. El Atlético encontró premio a su insistencia
en la cabeza del colombiano, que remató a falta de tres minutos un córner
dando un salto que desafía, con mucho, las leyes de la gravedad.



El caso es que no pudo completar, pese a sus 24 goles en Liga, el sueño
de ir a Champions, y eso puede mandar al delantero fuera del
Atlético este próximo verano, y ese es el mayor drama para
un club que ya se había entregado a su nuevo ídolo.

E. J. Castelao | Madrid
14/05/2012 elmundo.es
_______________________________________






FINAL UEFA EURO. L. 2011/12 ATLETI 3-0 ATH.- El Atlético pone el fútbol por las nubes







[size=24]ATLÉTICO 3 - ATHLETIC 0[/size]

Atlético de Madrid
Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Gabi,
Mario; Adrián (Salvio, min.88), Diego
(Koke, min.90), Arda Turan
(Domínguez, min.93); y Falcao.

Athletic Club de Bilbao
Iraizoz; Iraola, Javi Martínez, Amorebieta,
Aurtenetxe (De Marcos, min.46); Iturraspe
(Íñigo Pérez, min.46), De Marcos, Herrera
(Toquero, min.63); Susaeta, Muniain y Llorente.

Goles
1-0, min.6: Falcao, en jugada personal.
2-0, min.34: Falcao, a pase de Arda Turan.
3-0, min.85, Diego, deshaciéndose
de Toquero y Amorebieta.

Árbitro
Wolfgang Stark (Alemania). Mostró tarjeta amarilla
a Falcao, del Atlético de Madrid, y a Herrera,
Amorebieta e Íñigo Pérez, del Athletic Club.

Incidencias
Final de la Liga Europa 2011-2012, disputada en
un Estadio Nacional de Bucarest casi lleno con
52.347 espectadores. Noche agradable y
terreno de juego en buenas condiciones.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

[size=24]El Atlético pone el fútbol por las nubes[/size]

El equipo madrileño, liderado por Diego y un
Falcao tan espléndido como definitivo, golea
al Athletic (3-0), que pareció jugar
atenazado por los nervios



Neptuno tenía visita. En Bucarest lo llenó de agua un equipo grande ante
un rival muy grande al que le pesó el tamaño de la final. La Liga Europa
parece una competición hecha a medida del Atlético. Si la regularidad no
es su fuerte, los momentos estelares no le deslumbran. En Bucarest
deslumbró al fútbol con una noche mágica de sus dos grandes figuras,
el goleador Falcao y el violinista Diego. Los grandes partidos reclaman
siempre a los grandes futbolistas. Si acuden a la cita, ratifican su grandeza.
Si llegan tarde, se pierden la gloria. Falcao es de los que madruga para no
faltar a su destino. Siempre intenta coger el primer tren que pase por su
puerta. Cuando llegó apenas habían gastado unos pocos minutos de
espera, cuando, gentil, Amorebieta le abrió la puerta. Falcao, implacable,
le rompió la cintura en un par de quiebros y puso el balón
con un toque precioso en el ángulo donde anidan las
telarañas, muy lejos de los guantes de Iraizoz.

El gol no solo le dio al Atlético la ventaja en el marcador y el estilo que
ansiaba para disfrutar de los espacios. Le dio mucho más, porque sacó
del partido a la mayoría de los futbolistas del Athletic, que sufrieron el
mayor pecado que se puede cometer en una final: regar el manojo de
nervios con el que acudieron a la cita europea. En apenas 45 minutos,
cometió más errores no forzados que en toda la temporada. Difícil que
en tales circunstancias el balón llegue a Llorente, encarcelado por
Godín y Miranda, y muy fácil que la pelota acabe en los pies de
Falcao, o de Adrián, o de Turan o del omnipresente Diego.



Tan generoso andaba Amorebieta, confuso desde el primer gol del
colombiano, que se permitió una delicatessen en el área que no se
corresponde con su jerarquía futbolística. El centro subsiguiente lo
recogió Falcao, que ya viajaba en business, y se marcó un quiebro
de espaldas a la portería, para hacerse sitio en la butaca
del área, y marcar con la izquierda un gol soberano.

Un suicidio ante un equipo como el de Simeone, convertido en un ejército
que maneja bien los tiempos, que sabe frenar los ataques, al límite o
sobrepasándolo si es preciso de la legalidad reglamentaria, pero ajeno
a la violencia. Gabi y Mario Suárez eran como un cortacésped que le
segaron el juego a Iturraspe, ausente. Todo el Athletic se reducía a dos
futbolistas que, ajenos al nerviosismo, maniobraron en la segunda línea:
Muniain y Herrera pusieron electricidad a un equipo bilbaíno que se había
quedado sin voltaje. Aún así, con 1-0, tuvo su acercamiento a la gloria,
es decir a la cita con los partidos fundamentales, cuando empalmó un
centro de Iraola, pero le dio con el costadillo del pie y en vez de
rematar despejó. Y la tuvo más tarde Muniain con
un disparo que repelió, muy ágil, Courtois.



Fueron los fogonazos bilbaínos en un partido que en su primera mitad
tenía fijados los focos en el Atlético y especialmente en su ilustre figura
Falcao, que buscaba rabiosamente el flanco por el que se movía
Amorebieta. Diego y Turan se movían por todo el campo como puñales
en busca de su diana. Herido habitual era Iturraspe, normalmente el faro
que ilumina la transición del equipo de Bielsa, pero le rompieron la
bombilla. Por eso era más sombrío, más tenue, con su estrella
apagada y apenas con las luces de posición que se
empañaban en mantener Herrera y Muniain.

Bielsa recompuso estrategia y futbolistas tras el descanso. Íñigo Pérez
dejó en el banquillo pensando a Iturraspe e Ibai Gómez hizo lo propio
con Aurtenetxe. Despobló Bielsa la defensa en busca de más
profundidad. Pero la armadura rojiblanca era poderosa y apenas tenía
leves rasguños. No solo se sentía ganador sino gobernador del partido,
por más que la pelota estuviera en los pies del oponente. Se sentía
asegurado por la fortaleza de sus centrales, que convirtieron a Llorente
esta vez en un arma de fogueo. Amén de la pelota, le robaron la ilusión.
La sucesión de faltas rojiblancas en el medio campo acrecentó
los nervios del equipo verde esperanza, casi al mismo
ritmo que caían los minutos en el reloj.



Atacaba el Athletic, pero asustaba el Atlético. En los partidos afilados, la
hoja de Turan, Adrian y Diego es demasiado fina para una defensa
demasiado blanda. Cuando hay que tirar del mazo, encontraba a Falcao.
El Athletic nunca encontró a Llorente, atosigado en el área, sin movilidad,
fijado por los centrales como un poste a la tierra firme. Su mayor peligro
eran las diagonales, cada vez más espaciadas de Muniain para pasearse
entre las dos líneas defensivas que propuso Simeone. Más alegría le dio
Ibai Gómez, un chico con un toque poderoso. La presencia de Toquero
buscaba el objetivo de mover a los centrales, de abrir la defensa para
que corriese el aire en la calurosa noche rumana. Ibai Gómez se convirtió
en la dentadura de un equipo con demasiada caries. Sus arrancadas y su
fe le dieron al Athletic dos ocasiones para volver a la vida. La última de
De Marcos, que se fue alta, era otra puerta abierta
tras el suicidio de los centrales rojiblancos.

Por momentos pareció que el Atlético volvía a su versión más tópica, la
que le hace caer en apenas un suspiro en depresiones que le devuelven
a su mitología de equipo capaz de lo mejor y de lo peor. Tan insistente
era el agobio del Athletic que se echó a temblar, se fue para atrás, tan
hacia atrás que casi se acula en la valla. Tanto acoso produjo el momento
fiero de un león herido. Las ocasiones se incrementaron en tal medida (la
de Susaeta fue clamorosa) que alguien vio volar unas cuantas pupas por
el cielo de Bucarest. Era la versión menor del Atlético, ya
más preocupado por el reloj que por el juego, y que
a punto estuvo de secar la fuente de Neptuno.



Pero en las grandes citas, y en la noche de Falcao (también disparó al
poste), no podía faltar Diego, el ingeniero, el artista, el artesano, para
dejar su sello con un gol al nivel exigido en una acción individual. Todo
el acoso laborioso, entregado, del Athletic, atacando en tromba, dejando
el corazón más que la cabeza, en busca de un objetivo casi imposible,
fue borrado de un plumazo por un gol de bailarín, de
esos que se construyen con un violín en los pies.

El fútbol, para ser eléctrico, necesita unos principios inquebrantables,
goles como soles y unas aficiones indesmayables. Las tres cuestiones
se cumplieron a rajatabla. Aunque los goles cayeron de un solo lado y
en momentos psicológicos del partido. Y en asuntos psicológicos el
Atlético vive muy por delante del Athletic. Una final exige poner muchas
cosas en juego. Y el Atlético las puso todas (incluso un cierto suspense
como resucitando sus viejos fantasmas) ante un rival más que digno,
más que laborioso, más que valeroso. Le queda la ilusión de saber que
dos jovenzuelos, Muniain e Ibai Gómez, pudieron con el peso
de una final. Cuestión de futuro. Por unas y otras razones,
entre ambos pusieron el fútbol español por las nubes.

E. Rodrigálvarez - Bucarest
9 MAY 2012 elpais.com
_______________________________________


domingo, 6 de mayo de 2012

37ª Jor. Liga 2011/12 ATLETI 2-1 Malaga.- El Atlético recobra la figura







ATLÉTICO DE MADRID 2 - MÁLAGA 1

Atlético de Madrid
Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Diego
(Arda Turan, m. 71), Mario (Koke, m. 56), Tiago,
Salvio (Domínguez, m. 90); Adrián y Falcao.

Málaga
Kameni; Sergio Sánchez, Demichelis, Welligton,
Monreal; Isco, Camacho, Cazorla, Eliseu (Duda,
m. 79); Joaquín (Van Nistelrooy, m. 66) y Rondón.

Goles
0-1, m. 37: Eliseu, de disparo lejano.
1-1, m. 66: Koke, con un tiro desde fuera del área.
2-1, m. 77: Adrián bate a Kameni
por bajo en el uno contra uno.

Árbitro
Múñiz Fernández (C. Asturiano). Amonestó a los
locales Mario Suárez (m. 33), Diego (m. 68) y
Tiago (m. 74) y al visitante Demichelis (m. 76).

Incidencias
Partido correspondiente a la trigésimo séptima y
penúltima jornada de Liga en Primera División,
disputado en el estadio Vicente Calderón
ante unos 40.000 espectadores.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

El Atlético recobra la figura

En un segundo acto de fiereza, con más pegada
que fútbol, el equipo rojiblanco desfigura
la obra de arte inicial del Málaga y
aprieta las opciones de ‘Champions’



Se corrigió a tiempo el Atlético para recobrar la figura y destartalar la
obra de arte que compuso el Málaga en el primer acto. Le alcanzó con
un apretón, algo de puntería y un fútbol directo, sin demasiada pausa
pero con la fiereza que se le exige, toda vez que nunca se sabe qué
versión desplegará, si la del toque o la del choque. Un tiempo, dos goles
y una victoria que fue más que un hachazo para el Málaga, que tuvo en
sus manos ser equipo de Champions y aplazó una jornada la resolución.
Opciones de nobleza también le quedan al Atlético, que aguarda al último
duelo liguero —tendría que ganar al Villarreal a domicilio y que el Málaga
no venciera al Sporting en casa—, pero que se aseguró depender
de sí mismo para ser burgués (Liga Europa) el año que viene.

Acostumbrado en cierto modo a gobernar los duelos, a conjugar la pelota
ante las carreras del rival, el Atlético se topó en el Calderón con un
contrario apuesto, de los que se ordenan y definen a partir del cuero, que
no les hacen ascos a la posesión y que se pronuncian con virulencia en
campo ajeno. Tiene ya el Málaga el cuajo que reclamaba Pellegrini,
siempre con su ideario diáfano: movilidad de los trescuartistas, casi todo
el fútbol por el interior, un delantero centro rematador, empacho de balón
y juego de posición al cuadrado. Orquestados por Cazorla —paso corto;
pase largo—, Isco se manejaba con soltura entre las líneas, Joaquín
quebraba la cintura de Juanfran a la que le medía su perfil malo, Eliseu
asustaba con zapatazos y Rondón trataba de poner el lazo final, solo
negado por Courtois. Así, el meta sacó las manoplas ante un puñetero
disparo de Joaquín —de esos que botan antes de la portería en césped
mojado—, escupió un remate de Rondón y anuló otro de Cazorla. Pero
nada pudo hacer ante el latigazo de Eliseu, desde el balcón del área,
demoledor y que le cuchicheó al palo antes de besar la red.



El Atlético, sin embargo, es inconformista desde que llegara Simeone,
reacio a dar las derrotas por sentadas. Se desperezó en el segundo acto;
algo habitual porque llega donde llega al jugar siempre los mismos. Pasó
de ser dos manos a 22 botas. Más balón, más presión avanzada y más
disparos. Más vida, más fútbol; más Atlético. Más de todo. Y, por una vez,
la buena cara repuso a tiempo a la mala. Pero fue un susto de órdago.

Decidió Simeone recoger el carrete de nuevo con Arda Turan,
entrecortado cuando firma dos duelos exquisitos. Lo padeció el Atlético,
que careció del último pase, de la intención de personificarse en campo
ajeno. Tiró sin éxito del otro fútbol que dice Simeone, ese que rechina
con el escudo del Atlético, que persigue subir la cremallera y tirar el
contragolpe, quizá alguna acción a balón parado, como mucho una
segunda jugada de chiripa. La propuesta, en cualquier caso, no encontró
eco frente al Málaga, que se resistió a meter la pierna en las zonas
peligrosas para restar opciones de jugadas a balón parado. Pero sí que
funcionó de forma ocasional porque tiene intérpretes tan explosivos como
resolutivos. Sobre todo Adrián, fiado en exceso a su regate, pero
sensacional al prolongar esa contra que catapultó Filipe Luis.
Su pase final, sin embargo, no acertó a completarlo Falcao,
que le dio con el tobillo, medio trastabillado, torcido.



La voluntad del Atlético, sin embargo, desdibujó en el segundo acto al
Málaga, que no pareció cómodo con la batalla, que rehusó mantenerse
firme en sus trece, en su juego. Así, aunque el equipo rojiblanco no
removiera el cuero, le bastó con presentarse en el área rival. Diego la
tuvo con un disparo desviado. Falcao tampoco supo atinar en el suyo.
Pero sí lo hizo Koke, que, a la salida de un córner y tras un ingenuo
rechazo de Kameni con los puños, envió el balón a gol.

La efervescencia del Atlético, irreverente cuando menos se le espera,
se expresó en una jugada terrible. Sacó en largo Courtois, peinó Falcao
y Adrián, que buscó la espalda de los zagueros, definió a la red. Tres
toques que azuzan al equipo antes de la final de la Liga Europa del
miércoles ante el Athletic, que abren un resquicio a la esperanza
de la Champions al tiempo que se la restan al Málaga.

J. Quixano - Madrid
5 MAY 2012 elpais.com
_______________________________________