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viernes, 22 de octubre de 2010

3ª Jor. UEFA Euro. L. 2010/11- ATLETI 3-0 Rosenborg.- La vuelta de Agüero revoluciona al Atléti



Atlético, 3; Rosenborg, 0

Atlético
Joel; Valera (Perea, m. 22), Godín, Ujfalusi, Filipe Luis; Reyes,
Assunção, Tiago (Raúl García, m. 70), Simão; Diego Costa y Forlán
(Agüero, m. 65).
No utilizados: De Gea, Alex Campos; Antonio López,
Mario Suárez y Fran Mérida.

Rosenborg
Örlund; Lustig, Demidov, Bjarsmyr, Dorsin; Henriksen, Annan, Skjelbred
(Sare, m. 68); Moldskred, Prica e Iversen (Jamtfall, m. 82).
No utilizados: Brathen; Asen, Helland, Svensson y Midtsjo.

Goles
1-0. M. 17. Godín cabecea un centro de Reyes.
2-0. M. 66. Agüero cruza el balón tras un pase de Reyes.
3-0. M. 78. Diego Costa, tras una pared con Agüero.

Árbitro
Cyril Zimmermann (Suiza). Amonestó a Skjelbred.

Incidencias
Partido correspondiente a la tercera jornada del grupo B de la Liga Europa,
disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 30.000 espectadores.

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EUROPA LEAGUE | El Rosenborg encaja un 3-0

La vuelta de Agüero revoluciona al Atlético

* En 25 minutos consolidó la ventaja del Atlético con un gol y una asistencia

* Godín, otro que reaparecía, abrió el marcador de cabeza a los 17 minutos

* Reyes, en perfecta conexión con el argentino, participa en los tres goles



La enfermería del Atlético los devuelve perfectos. Reaparecieron en el tercer partido de la Liga
Europa, contra el Rosenborg, el uruguayo Godín, de salida, y el argentino Agüero, a 25 minutos
del fin. El defensa abrió el marcador y el delantero sacó a su equipo de un estado catatónico
con un gol y una asistencia a Diego Costa. El Kun trajo seguridad donde había incertidumbre.
Puso fútbol donde había muy poco. El 3-0 devuelve confianza al Atlético y mejora
notablemente las persepectivas del campeón en la competición europea.

La arrancada transmitió el deseo rojiblanco de agradar a los parroquianos reunidos entre semana,
a precios populares, para darle la bienvenida al Rosenborg, el histórico 'futbolclub' noruego venido
ligeramente a menos. Los anfitriones alegraron a su hinchada con tres ocasiones de gol en cinco
minutos, quién da más. Los forasteros, acurrucados junto a su portero, apenas mostraron
de salida más que la estatura de sus futbolistas: ya se sabe que no hay rival pequeño.

Con poco, el Atlético fue capaz de crear incertidumbre en la muchachada noruega, cuyos
defensas no por más altos se mostraron más valientes cuando se les echó encima Godín, el
central que cabeceó el primer balón parado que lanzó Reyes al área para descolocar con salto
y movimiento de cabeza a su defensor y al portero Örlund. Después, la inactividad se le notó
en defensa, sobre todo cuando la lesión de Valera le cambió de pareja y se juntó en el
centro de la zaga con Perea, porque Ujfalusi se metió en la banda derecha.

Joel supera el trago

La ventaja en el marcador desenchufó a los rojiblancos, castigados al poco por la lesión muscular
del lateral murciano. Los noruegos avanzaron posiciones sin crear peligro hasta que, al borde
mismo del descanso, Moldskred tuvo el empate a un metro de su pie, pero la
pelota dio en el talón de Joel, seminuevo en esta plaza por la lesión del gran
De Gea, y se desvió lo justo hasta tocar la base de un poste.

El porterito del filial rojiblanco anduvo sin ocupación largo rato, hasta que a los 25 minutos
Hendriksen envió un duro pelotazo a 20 metros de distancia, raso y peligroso que Joel detuvo
en el suelo, con esmero en proteger ese primer balón, el de la confianza.

Hubiera sido mejor para Joel que sus compañeros de campo corrieran más y se pasaran el balón
con mejor criterio y mayor intención. Como cuando entró Agüero. Pero hasta ese momento, las
escasas filigranas que fueron capaces de tejer los rojiblancos se rasgaron en la casi permanente
mala colocación de Diego Forlán, a quien con la voluntad no le alcanza. Tiago buscó generalmente
a Costa y éste al uruguayo, mientras que las escasas avanzadillas peligrosas de Reyes solían
terminar en falta al sevillano y las de Simao en, como mucho, un saque de esquina que fuera
capaz de forzar el portugués. Para Reyes, la bendición fue el Kun. Y viceversa.



En el banquillo miraba el argentino, a la espera de la orden de reaparecer, curado de un esguince
de rodilla. Quique lo mantuvo ahí quieto hasta los 65 minutos, cuando los noruegos, envalentonados,
acababan de fallar una ocasión de gol porque su centrodelantero Prica fue incapaz
de domar una pelota y colocarla en cualquier punto de la portería de Joel.

Forlán dio el relevo al Kun Agüero, 25 minutos por delante. No hizo falta ni uno para demostrar quién
es quién. El argentino robó una pelota en la frontal del área propia, inició el contraataque en el que
intervino Costa con dificultades. El balón llegó a Reyes en el límite. Levantó la cabeza,
Agüero se filtró, recogió el pase sevillano, supero a dos torpes defensores
-Lustig, Bjarsmyr- y con el pie izquierdo remató sin perdón.

Con Agüero, con los espacios que ocupa y lo que preocupa a los defensas, se activó al mejor Reyes,
que encontró al fin un socio fiable en el ataque. O en el contraataque por mejor decir. Raúl García no
hizo honor a un regalo del yerno de Diego Maradona, pero sí honró otro Diego Costa, que puso la
cabeza para concretar un tercer gol repleto de calidad. Por supuesto,
condimentado por el extremo de Utrera y el mago de Buenos Aires.

F. Llamas | Madrid 21/10/2010
elmundo.es
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