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viernes, 9 de marzo de 2012

26ª Jor. Liga 2011/12 ATLETI 1-1 Sevilla.- Un gran empate para nada







[size=24]SEVILLA 1 - ATLÉTICO 1[/size]

Sevilla FC
Palop; Coke, Spahic (Fazio, m.57), Escudé, Fernando
Navarro; Jesús Navas, Medel, Rakitic (Trochowski,
m.57), Reyes; Kanouté y Babá (Manu del Moral, m.73).

Atlético de Madrid
Courtois; Juanfra (Perea, m.90), Miranda, Domínguez,
Filipe Luis; Mario Suárez, Tiago (Pizzi,
m.81); Salvio, Gabi, Koke; y Adrián.

Goles
0-1, M.09: Salvio.
1-1, M.53: Babá.

Árbitros
Alfonso Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó
a los visitantes Filipe Luis (m.12), Tiago (m.34), Salvio
(m.44) y Juanfra (m.52) y a los locales
Medel (m.21) y Fernando Navarro (m.44).

Incidencias
Partido correspondiente a la vigésima sexta jornada
de Primera división disputado en el estadio Ramón
Sánchez Pizjuán ante cerca de 45.000 espectadores.
Terreno de juego en buenas condiciones.

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[size=24]
Un gran empate para nada[/size]

Gran partido de Salvio en una primera
parte ejemplar del Atlético

El Sevilla creció en la segunda con
un Navas eléctrico en su costado



Han llegado tarde, lamentablemente tarde, pero aquí están el Sevilla y
el Atlético, dos de los equipos que enseñorean la Liga cuando no se
empeñan en arrastrarse cual almas en pena, tan malamente por
costumbre, váyase usted a saber por qué. Pero aquí están, y no es
poco motivo de felicitación. Hubo noche de fiesta para el fútbol en
Nervión, para santificar la resurrección del Sevilla y de su celestial
Navas, y la del Atlético, un señor equipo capaz de resistir tempestades.
El empate honró a ambos y, sin embargo, les hace pupa, tanto es el
terreno perdido durante su peregrinaje por la tierra baldía.
La cuestión, y el dolor, es precisamente aquélla,
que hayan llegado demasiado tarde.

¡Qué partido, señores! Prometía la noche y vistió convenientemente
el Sánchez Pizjuán sus mejores galas para un espectáculo que no
decepcionó. Ayudó el Sevilla redivivo, muy a la vieja usanza, con
buena planta, el toque tenso, las alas afiladas y siempre Kanouté.
Y ayudó un Atleti mayúsculo, una obra maestra en el primer acto,
hercúleo al defender, delicado al emprender, que se alzó
sobre unas circunstancias que no eran moco de pavo.



Se presentaban los rojiblancos tras una racha penosa –que al fin
intensificaron, cinco sin ganar– y con una legión de bajas, Diego,
Falcao, Arda... para coger el petate y ponerse a otra cosa. Pero
el Atlético fue todo menos un equipo desanimado. Al contrario,
pareció reciclar las inconveniencias en un plus de motivación.
No hubo rastro de desmayo en los de Simeone, retratados
exactamente en un jugador, Salvio. Un héroe inesperado.

Viva imagen del futbolista melancólico, cualidad que ha dominado en
su etapa como rojiblanco, apareció Salvio como de costumbre, como
si acabara de haberse pegado 25 horas escuchando tangos. En
realidad venía de alegrarse mucho, tras haber jugado un rato con
Argentina. Pero es difícil interpretar en este muchacho señales de
optimismo. Conviene atender, en tal sentido, únicamente a su fútbol.



Ayer en el Sánchez Pizjuán, Salvio firmó un primer tiempo magistral,
en todos los conceptos. En la brega, el desborde y el gol. Lo abrió
desmochando un fantástico centro de Gabi para colocar al Atleti en
ventaja. Y lo acabó con otro empalme que provocó una parada
antológica de Palop. Entre medias no dejó de crear problemas a
una zaga que sufrió porque el Atleti estuvo muy bien y porque su
dique tenía menos piedra. Medel, que casi hizo el puente aéreo
desde Filadelfia al Sánchez Pizjuán, notó la fatiga ante un Atlético
que le sobrepobló el centro del campo. No fue ésa, sin
embargo, la decisión más comprometida de Míchel,
decidido ayer a llevarse bien con todo el mundo.

Jugó, pues, el último de los veteranos que anduvo despreciado,
Escudé. Pero jugó sobre todo Babá, en un evidente guiño hacia la
superioridad. Fue la decisión más arriesgada de Míchel, y la cosa no
parecía ir. No hubo noticias del senegalés en el primer tiempo, y a
punto estaba de convertirse en carne de cañón, con Manu del Moral
preparado en la banda y el cartelón amenazando, cuando el muchacho
se lanzó a una aventura siguiendo a Navas. Buen olfato. No hay mejor
socio en la Liga. Aceleró el ángel, que ha recuperado el vértigo, para
revertir una contra del Atlético en una contra del Sevilla. Templó el
pase y por allí apareció Babá, que la empaló con el alma y la celebró
como un poseso. En el desmarque y el tiro, fue el gol de un
delantero puro. Fue, sobre todo, un gol redentor.



Porque el Sevilla lo tenía crudo entonces, con el Atlético cediendo
terreno, invitándole a venir, y amenazándole con contras cargadas
de veneno. No es de extrañar que a Simeone se le comieran los
demonios ante el regalo de los suyos, prácticamente la primera
desaplicación de los rojiblancos en la noche. Veía el argentino que por
ahí se abría una grieta por la que aparecía al galope un Sevilla
abrumador, este Sevilla renacido que tanta rabia da que
tuvieran bajo grilletes. Lo mismo que el Atlético,
pues. ¡Que bueno que estéis de vuelta!

No hubo ni un segundo de tregua en la noche de Nervión, eléctrica como
pocas en esta temporada tan malamente sombría, vibrante viendo crecer
al Sevilla y resistir a un Atlético muy machote, siempre presto a sacar
una mano cuando su contendiente parecía venírsele encima. Fue una
noche de tobillos marcados y también de jugadas deliciosas. Palop
firmó otro paradón a pies de Adrián, desdramatizado después porque el
delantero tiró en fuera de juego. Respondió Courtois a Reyes, que jugó
sobreexcitado bajo un evidente ánimo de revancha. Y se salvó el
Atlético de la avalancha porque Manu se adelantó por un
pelo a la última cabalgada de Navas. Pobre botín
para dos grandes de vuelta de entre los muertos.

A. Félix | Sevilla
04/03/2012 elmundo.es
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