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lunes, 20 de septiembre de 2010

3ª Jor. liga 2010/11 ATL 1-2 BAR - El Barça asalta el Calderón a pesar de De Gea.




PRIMERA DIVISIÓN | Jornada 3

Atlético 1 - Barcelona 2


Atlético de Madrid
De Gea; Ujfalusi, Perea, Godín, Domínguez (Antonio López, m. 68);
Reyes, Assuncao, Raúl García (Tiago, m. 65), Simao;
Forlán y Kun Agüero (Diego Costa, m. 51).

Barcelona
Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Maxwell; Busquets, Xavi, Iniesta
(Mascherano, m. 90); Pedro, Messi (Bojan, m. 93)
y Villa (Keita, m. 77).

Goles
0-1, m. 12: Messi cruza el balón ante la salida de De Gea.
1-1, m. 25: Raúl García cabecea un saque de esquina de Simao.
1-2, m. 32: Piqué controla el balón en un córner
y marca de tiro cruzado.

Árbitro
Fernández Borbalán (C. Andaluz). Expulsó con roja directa a Ujfalusi
(m. 92). Amonestó a los locales Domínguez (m. 17), Perea (m. 36),
Ujfalusi (m. 52) y Assuncao (m. 87) y a los visitantes Alves (m. 30),
Maxwell (m. 35), Valdés (m. 84), Puyol (m. 86) y Mascherano (m. 93).

Incidencias
Partido correspondiente a la tercera jornada de Liga en Primera División,
disputado en el estadio Vicente Calderón ante 53.000 espectadores.

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El Barça asalta el Calderón a pesar de De Gea

* Ujfalusi, expulsado por una entrada a Messi,
quien salió del campo en camilla

* Cinco intervenciones mágicas del portero
rojiblanco evitan una goleada

* Messi y Piqué, goleadores del Barcelona;
Raúl García marcó para el Atlético

Los errores estuvieron más presentes que los aciertos en un Atlético-Barcelona distinto al
de las anteriores temporadas. Por eso el Barça venció con apuros (1-2) a un rival que se
agarró a su portero, David de Gea, para evitar una goleada amplia y que incluso pisó en
algún fugaz momento el espejismo del empate. En el descuento, Leo Messi abandonó
el campo en camilla tras recibir una patada de Ujfalusi, expulsado con roja directa.



En el Barcelona, el gol es consecuencia del dominio y éste del juego. Sus futbolistas saben
dónde se sitúa cada compañero, poseen la técnica que precisan tanto los envíos como las
recepciones y la inteligencia para abrirse paso a la portería contraria entre defensas y
colocar la pelota a la espalda del guardameta. Quizá en la seda que teje Pep Guardiola no
haya encajado todavía David Villa, lo que parece cosa de (poco) tiempo.

Control en el centro del campo

Con un limpio ejercicio con el balón en la salida, en pocos minutos el Barcelona impartió el
fútbol que mana de sus geniecillos de verde eléctrico, el color de la equipación elegida para
romper la mala estadística reciente azulgrana en el estadio del Atlético. Las oportunidades
empiezan a palparse como cuentas de un rosario con Villa y Messi en la última intervención
y Pedro o Alves en la generación de los pases, profundos, dañinos.



Desbordado el mediocampo local, llega la primera hermosura en forma de gol. O gol y medio,
porque Pedro asistió a Villa, éste remató al palo, la pelota quiso volver con el canario, y éste
ofreció a Lionel Messi un pase exquisito al lugar exacto donde el argentino,
rápido pero suave, superó la indefensa posición de David de Gea: 0-1.

En el Atlético, el juego es consecuencia del gol y éste de la rabia o la imprudencia de un contrario.
En este caso, de la ocasional penetración de Simao por la izquierda y de su lanzamiento de
esquina cabeceado con fe por Raúl García, que se cruzaron con una desafortunada
salida de Víctor Valdés a la frontal de su área pequeña.

Agüero, en baja forma

A pesar de empatar sólo 11 minutos después de encajar el primer golpe y de cierto empuje por
el lado derecho, con Ujfalusi, al Atlético siguió sin salirle bien lo que intentaba. No anclaba en el
medio debido al desamparo de García y Paulo Assunçao y no conectaba con Forlán y menos
aún con un titularizado Sergio Agüero, fuera de forma, a quien terminó por relevar Diego Costa.
Simao Sabrosa sólo había aparecido en la jugada y el lanzamiento previos al gol rojiblanco
y José Antonio Reyes asomó muy discretamente después del intermedio.



El Barcelona dejó por terminar un par de opciones de marcar por medio de Messi, imparable pero
desafortunado en esas ocasiones con el tiro, pero devolvió al Atlético la misma moneda del saque
de esquina: error 'xxl' de Diego Godín ante Gerard Piqué, que controló con el pecho y fusiló sin
miramientos a De Gea, en una jugada que adelantó al Barcelona apenas pasada la media hora y
emitió un mensaje falso: intercambio de goles, otro partido loco.

Exhibición en la portería

La locura, sin embargo, la causó De Gea, el porterazo que ha descubierto el Manzanares y que
voló en cuatro ocasiones para detener disparos tremendos y después 'buceó' para quitarle a ras
de césped el gol que se le negó a Villa durante toda su voluntariosa tarde madrileña
y el segundo de Messi, que se veía ya celebrando el tercero del Barcelona.



A De Gea lo probaron hasta la extenuación: derechazos de Xavi y de Pedro, nada más arrancar
el segundo tiempo; zapatazos de Villa, primero con la izquierda y después con la derecha; el mano
a mano que le sacó inmediatamente antes de que Guardiola decidiera la sustitución del 'Guaje' y
la intervención final con el muslo frente a Messi, quien en su última jugada sintió en el tobillo el
'hachazo' de Tomas Ujfalusi y abandonó el campo en camilla y con inequívocos
gestos que barruntan lesión. El checo también se fue, por expulsión.

Al líder de la jornada anterior, el Atlético, no le bastó su portero, ni el coraje, ni pedir dos o tres
penaltis por caídas o manos dudosas en área barcelonista. El fútbol sonrió a un Barcelona que
está lejos de encontrar su velocidad de crucero, pero que pudo salir
a hombros de una plaza de la que últimamente volvía corneado.

F. Llamas | Madrid 20/09/2010
elmundo.es

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